Navidad

  • Christmas ergo cogito

    «Ánimo, lo mejor ha pasado», reza uno de los aforismos más famosos del gran Ennio Flaiano. Quizás también nosotros deberíamos resignarnos y admitir que nuestra «dolce vita» es algo ya muerto, irrecuperable. Tal vez tuviera razón Pier Paolo Pasolini cuando en la segunda mitad de la década de 1950 afirmó: «Nos encontramos en los albores de la que probablemente será la peor época de la historia del hombre, la era de la alienación industrial». Si pensamos en nuestro último año de vida, resulta difícil permanecer indiferentes ante la profecía de Pasolini, por lo que la inquietud crece en nuestro interior. La pandemia, al aislarnos, hacer que enfermemos y matar a nuestros seres queridos, ha puesto a prueba nuestra psique y nuestra economía. ¿Es de verdad este nuestro momento histórico? ¿Somos precisamente nosotros, setenta años después, las criaturas condenadas a vivir la peor época de la historia del hombre? ¿Es la era de la alienación industrial realmente nuestra época? Mi respuesta es que depende de nosotros. Estoy profundamente convencida de que en la vida existe siempre la posibilidad de elegir. Lo que a menudo falta es el valor para tomar decisiones. El valor para cambiar. Puesto que algunas decisiones son duras, conllevan unos sacrificios que no estamos dispuestos a soportar. Esta es nuestra época: la época de la decisión. Es el momento de decidir qué queremos hacer con nuestras vidas y con el trozo de mundo que nos pertenece.