Han pasado ya tres meses desde el 21 de febrero de 2020, día del anuncio del primer caso de positividad del Coronavirus, encontrado en Codogno en la provincia de Lodi. En las últimas semanas, hubo informes fragmentados de una epidemia en China, pero todos pensamos que era algo lejano que no nos afectaría, y si nos tocaba, nos las arreglábamos y superábamos como cualquier otra gripe invernal. Sin embargo, el número de víctimas que alimentaba esa lejana situación no podía considerarse normal, y mucho menos un simple detalle para los aficionados de las estadísticas.
En esos días, a finales de febrero, Ancilla Bezzi y yo participábamos en la exposición “Fornitore offresi 2020” en Erba, en la provincia de Como. Cuando llegó la noticia del primer caso de Codogno, se percibió inmediatamente un ruido entre los pabellones. El interés por la feria disminuyó rápidamente, dejando una preocupación generalizada y un deseo de romper filas para volver a casa, con el instinto de protegerse y comprender lo que sucedería al día siguiente.
Una llamada telefónica al Dr. Luigi Residori, un muy querido amigo médico del Hospital de Borgo Trento en Verona, nos alertó inmediatamente sobre la importancia de esta noticia: prefigurando el dramático escenario que experimentaríamos realmente tres semanas después, nos exhortó a tomar la situación muy en serio.
Debemos agradecerle por su consejo si, durante el mismo fin de semana, la dirección de la empresa ha organizado y activado medidas de seguridad inmediatas, a pesar de la falta de directivas ofíciale del gobierno, organismos y centros de salud que en aquel primer momento parecían esperar y poco coordinados en las comunicaciones a través de los medios de comunicación.
La interrupción de cualquier actividad de formación en el aula, el escalonamiento del personal en horario diferentes, el bloqueo de las visitas de consultores y representantes, la estricta regulación de acceso y la divulgación de las normas de higiene a adoptar, todo ello, aplicado desde el lunes 24 de febrero, ha permitido que el trabajo de Scilla Meccanica se lleve a cabo regularmente en condiciones de seguridad. Hasta el cierre de las actividades de producción del 23 de marzo de 2020, sancionado por el Decreto del Primer Ministro del 22 de marzo 2020, no se encontraron en la empresa casos de positividad del Coronavirus.
A partir de entonces, las actividades de oficina se llevaron a cabo regularmente en modo de trabajo inteligente, reentra que la perspectiva de una parada de producción de tres semanas se recalibró con la reapertura en derogación antes del 16 de abril de 2020. La reapertura fue previamente comunicada a la Prefectura de Brescia, legitimada por la solicitud, por parte de unos sesenta clientes, de suministros de componentes necesarios para alimentar específicas actividades de las hileras, clasificadas como “necesarias” y autorizadas por decreto gubernamental.
Entre tanto, la empresa ha activado, aunque en pequeñas medidas, la “Cassa Integrazione Guadagni Ordinari” – CIGO (Fondo de Despido Ganancias Ordinario) en derogación para Covid-19.
A pesar de la parada de la producción, la interrupción de las relaciones proveedor-cliente y la brusca ruptura del flujo de pedidos-entrega-pagos han determinado consecuencias cuyo impacto negativo tenderá a proyectarse sobre el mediano-largo plazo, Scilla Meccanica no ha dudado en anticipar a los trabajadores el fondo de despido, como prevén los acuerdos entre el gobierno y los interlocutores sociales.