Una entrevista con el Dr. Giuseppe D’Agostino.
Coloquio paralelo al Curso de Alimentación Consciente promovido por Scilla Meccanica
Por Glauco Pigoli y Alessandro Piardi
Introducción
Recientemente, Scilla Meccanica ha organizado una serie de encuentros de educación nutricional impartidos por el Dr. Giuseppe D'Agostino, dietista y nutricionista clínico.
Los encuentros, celebrados en septiembre y octubre de 2023, se plantearon como una continuación y un complemento de la formación en salud y seguridad de los empleados de la empresa.
El objetivo era proponer una primera aproximación guiada a los principios generales de una nutrición adecuada y un estilo de vida saludable, además de destacar su repercusión directa en el bienestar físico, mental y social de la persona.
La iniciativa contó además con la grata presencia de invitados externos, que se interesaron especialmente por la propuesta de formación de Scilla Meccanica, fruto de la sensibilidad intuitiva y visionaria de la directora general, Ancilla Bezzi.
Si bien es cierto que alimentarse correctamente tiene un impacto beneficioso sobre el índice de accidentes, enfermedades profesionales y absentismo, no es menos cierto que las empresas tienen el deber de encontrar vías de sensibilización en materia de sostenibilidad social, económica y medioambiental que vayan más allá de las formaciones.
La sostenibilidad pasa por abordar lo individual no solo en términos de pragmatismo estadístico (por ejemplo, la seguridad vista como la ausencia de accidentes), sino mediante el rastreo de las repercusiones colectivas a largo plazo.
En definitiva, se han de abordar las elecciones individuales de comportamiento, pero también el complejo sistema de interacciones sociales.
En el caso de una empresa, se trata de encauzar sus acciones hacia objetivos más amplios, complementarios al ejercicio de la producción.
Por ejemplo, centrándose en mejorar la calidad de vida de sus partes interesadas. Además, se deben tener en cuenta las consecuencias para las futuras generaciones.
De este modo, se trata de deconstruir la dimensión vertical que estimula la funcionalidad psicofísica de los propios empleados para centrar la atención en el rendimiento interno.
Más bien al contrario, se ha de potenciar una dimensión horizontal que contemple la gran oportunidad de cuestionar y redefinir todo el contexto social, político, económico y ambiental en el que tradicionalmente actúan las empresas.
En este sentido, la empresa se convierte en una agencia educativa, divulgadora de un mensaje que puede aportar elementos significativos de crecimiento cultural y bienestar para la comunidad de la zona en la que se encuentra.
Las evocadoras sugerencias de las campañas publicitarias, los concursos de cocina y las cadenas de comida basura en los centros comerciales reducen el significado de la comida a una simple experiencia útil para satisfacer el placer personal y colectivo.
Por otra parte, hay que tener en cuenta las criticidades intrínsecas de la ganadería intensiva, el monocultivo intensivo, la pesca intensiva, la sobreoferta de la gran distribución que intensifica el despilfarro, el uso intensivo de medicamentos y la asistencia intensiva a los centros sanitarios de un grupo cada vez mayor de individuos que padecen enfermedades crónicas.
La palabra «intensivo» destaca como denominador común de muchas actividades que repercuten directamente en la calidad del aire, la contaminación del agua, el agotamiento del ecosistema tierra-agua, la propagación de enfermedades, el despilfarro de recursos y unos costes sociales desorbitados.
Esto debería llevar a cualquiera a una profunda reflexión: el extremismo, los excesos y las obsesiones por el rendimiento nunca han conducido ni conducirán a nada bueno.
Por tanto, hay que redefinir un nuevo equilibrio que sea capaz de recuperar esa profunda unión entre el respeto a la naturaleza y la ética del comportamiento que impregnaba las tradiciones alimentarias, políticas y sociales más antiguas.
Nosotros, como individuos, podemos elegir. Además, podemos redirigir las opciones estratégicas del sistema económico productivo como fuerza colectiva.
Una elección resulta acertada cuando se fundamenta en elementos de conocimiento y cotejo que estimulan la comprensión crítica de los fenómenos y sus repercusiones, más allá de los hábitos personales, los prejuicios y la propaganda de los grupos de presión.
De ahí que el curso de educación alimentaria propuesto por Scilla Meccanica represente un pequeño paso hacia un nuevo conocimiento personal.
Desde el principio, al aprender las primeras nociones del mundo alimentario, comprendemos cómo nuestro estilo de vida encaja con el concepto de equilibrio, sostenibilidad y bienestar futuro. Tuvimos el placer de debatir estas cuestiones con el Dr. Giuseppe D’Agostino, a quien pedimos que respondiera a estas ocho preguntas:
Entrevista con el Dr. Giuseppe D’Agostino
Pregunta 1:
Dr. D’Agostino, como profesional y experto en la materia, ¿apreció la iniciativa de Scilla Meccanica de ofrecer una sesión de formación para sus empleados sobre nutrición?
Dr. Giuseppe D’Agostino:
Me impresionó mucho la visión de Scilla Meccanica a la hora de fomentar un enfoque integral de la salud de sus empleados.
Temas fundamentales como la educación nutricional suelen descuidarse en el lugar de trabajo y fuera de él.
Por ello acepté con entusiasmo la invitación de la Dra. Ancilla Bezzi.
Ser consciente del papel fundamental que desempeña la nutrición en la salud y el bienestar de las personas fue mi motivación para no pensármelo dos veces a la hora de participar en la iniciativa.
Me pareció que la iniciativa contó con una buena participación de los empleados de la empresa.
Las preguntas propuestas me dieron la oportunidad de ampliar el tratamiento de los temas, además de tocar también los contextos y problemas de casos individuales.
La presencia de invitados externos hizo que el acto resultase aún más estimulante e interactivo, lo que confirma el interés general en torno a la alimentación.
Pregunta 2:
¿Puede explicar brevemente la importancia de una nutrición adecuada en relación con la seguridad laboral y el bienestar psicofísico de los empleados?
Dr. Giuseppe D’Agostino:
Una nutrición adecuada proporciona al organismo la energía y los nutrientes que necesita para funcionar de forma óptima.
Esto no solo influye en la productividad de los empleados, sino que también contribuye a reducir el riesgo de enfermedades crónicas degenerativas, a menudo vinculadas a un estilo de vida poco saludable, así como a mejorar el bienestar psicofísico.
No olvidemos que un estilo de vida inadecuado acarrea efectos muy negativos en el ámbito de la seguridad laboral: se asocia a una mayor incidencia de enfermedades del sistema musculoesquelético, a una mayor sensibilidad a los agentes químicos, a la aparición de accidentes y lesiones asociadas a la somnolencia —a menudo vinculada a la apnea del sueño en caso de sobrepeso—, pero también a la reanudación del trabajo tras la pausa del almuerzo y, por último, pero no por ello menos importante, a la dificultad para encontrar equipos de protección individual adecuados.
Pregunta 3:
¿Cuáles son los principales consejos que ha dado durante las reuniones de educación nutricional que pueden aplicarse fácilmente en la vida cotidiana?
Dr. Giuseppe D’Agostino:
Durante las reuniones, he ilustrado la importancia de una dieta equilibrada, rica en verduras, fruta, preferiblemente cereales integrales, aceite de oliva virgen extra y fuentes de proteínas como el pescado, las aves de corral y los productos lácteos bajos en grasa.
He intentado ofrecer algunos consejos prácticos sobre cómo hacer elecciones alimentarias conscientes cada día, desde la compra hasta la composición del plato.
Asimismo, he destacado la importancia de reducir los alimentos procesados y azucarados.
He intentado dejar claro que la base de una dieta sana es básicamente el equilibrio, no la renuncia.
De hecho, he tenido en cuenta el comprensible afán de los participantes, de edad media joven, por los momentos de ocio y las delicias de la buena mesa.
Alimentarse correctamente no significa llevar una vida de privaciones sin más, sino más bien incorporar algunos sacrificios bien meditados que ayuden, mediante la prevención, a vivir mejor y más tiempo.
De este modo, podremos disfrutar durante más tiempo de los placeres que la vida puede ofrecernos.
Pregunta 4:
Entonces, ¿cuáles son los principales beneficios de una educación nutricional adecuada y un estilo de vida saludable?
Dr. Giuseppe D’Agostino:
Según los datos de investigación de muchas publicaciones científicas, el mayor beneficio es la prevención de muchas enfermedades crónicas como las cardiovasculares, la diabetes y numerosos tipos de cáncer.
Comer mejor también se asocia a un mayor bienestar físico y mental.
Es necesario comprender la importancia lógica y objetiva de la forma de prevención más extraordinaria que todos podemos adoptar.
Así, invertiremos en calidad de vida para el presente y el futuro.
Un estilo de vida equilibrado, que incluya ejercicio y control del estrés, puede aumentar la energía, mejorar el estado de ánimo y, lo que es más importante, permitirnos ganar salud y años de vida sana.
Pregunta 5:
Si tuviéramos que asignar una especie de «primer premio» a algunos elementos nutricionales y, por el contrario, una «bandera negra», ¿cuáles indicaría usted?
Dr. Giuseppe D’Agostino:
La pregunta bien merecería una respuesta desarrollada.
Si entendemos que el agua es el componente básico de la pirámide alimentaria, un elemento fundamental que no debe faltar en nuestras comidas diarias es sin duda la fibra, que nos la aportan principalmente los cereales integrales, las legumbres, las verduras y la fruta.
La fibra tiene efectos beneficiosos tanto directos como indirectos en nuestro organismo.
Constituye un verdadero catalizador de buena salud. Todos los micronutrientes y fitocompuestos presentes en la fruta y la verdura resultan esenciales.
Los hidratos de carbono que nos aportan los cereales (preferiblemente granos y cereales integrales) y las proteínas «saludables» (por ejemplo, las que se encuentran en las legumbres y el pescado) son también nutrientes clave.
Por otro lado, si tuviera que indicar los alimentos que deben consumirse con moderación (no más de una vez a la semana), no dudaría en nombrar las proteínas de la carne roja, los embutidos y las salchichas.
Las grasas también desempeñan un papel importante.
Si bien se trata de un grupo positivo en el caso de las grasas insaturadas procedentes del aceite de oliva virgen extra, las frutas grasas y el pescado, no podemos decir lo mismo de las grasas saturadas de origen puramente animal.
No obstante, y en términos generales, no considero que haya que adoptar un enfoque demonizador de ciertos alimentos. La consigna es siempre una: equilibrio.
A la que también añadiría «variedad».
Estos dos términos son la brújula que debe guiar la ingesta de la mezcla adecuada de macronutrientes básicos (agua, hidratos de carbono, proteínas, grasas, fibra) y micronutrientes (vitaminas y minerales).
Pregunta 6:
En un mundo dominado por las influencias publicitarias y los malos hábitos alimentarios, ¿qué consejo le daría a la gente para adoptar un enfoque correcto de la nutrición y el bienestar?
Dr. Giuseppe D’Agostino:
Como ya se ha señalado, es crucial que las personas mantengan el equilibrio y la variedad en su dieta.
Yo recomendaría empezar con pequeños cambios, como aumentar el consumo de fruta y verdura, y quizás ir incluyendo ocasionalmente legumbres y cerales integrales.
Sugeriría también la reducción gradual de los alimentos muy procesados y del alcohol.
Resulta muy importante leer atentamente las etiquetas de los productos en los estantes, ya que nos pueden ayudar a tomar decisiones de compra más beneficiosas para nuestra salud.
La actividad física regular y el control del estrés también resultan esenciales para el bienestar general.
Pregunta 7:
¿Puede explicar cómo las elecciones alimentarias individuales pueden influir no solo en la salud personal, sino también en el medioambiente y en la sociedad en su conjunto?
Dr. Giuseppe D’Agostino:
Las elecciones alimentarias individuales pueden incidir en el medioambiente y en la sociedad de diversas maneras.
Basta decir que algunos autores estiman que, por término medio, la dieta mediterránea causa un 60 % menos de impacto medioambiental por cada 100 calorías que una dieta de estilo occidental, que se basa más en la carne y las grasas animales que en las verduras y los cereales.
De hecho, una dieta basada en alimentos locales y de temporada también puede reducir el impacto medioambiental del transporte de los productos.
Además, reducir el consumo de carne y productos cárnicos contribuye a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Por último, favorecer la frugalidad en la mesa reduce el desperdicio de alimentos.
En términos sociales, las elecciones alimentarias afectan a la salud de la población y a la sostenibilidad del sistema sanitario.
Los datos demográficos muestran que la población italiana tiende a envejecer cada vez más.
Sin duda, contar con personas que lleguen a una edad madura en un buen estado de salud alivia la enorme presión sobre los costes sanitarios que afecta cada vez más a los centros de salud y asistencia.
Pregunta 8:
¿Cuál es el papel de las empresas y organizaciones a la hora de fomentar la educación nutricional y los estilos de vida saludables entre sus empleados y en la comunidad en general?
Dr. Giuseppe D’Agostino:
Las empresas y organizaciones pueden desempeñar un papel clave en la promoción de la educación nutricional y de estilos de vida saludables entre los empleados y en la comunidad.
Pueden impartir programas de formación y educación, fomentar la presencia de expertos como dietistas y nutricionistas, además de ofrecer incentivos para adoptar hábitos alimentarios más saludables.
Las empresas pueden y deben apoyar las iniciativas de responsabilidad social y promover la sostenibilidad medioambiental.
Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible del programa Agenda 2030, aprobados en 2015 por la Asamblea General de la ONU, marcan el rumbo ineludible que debemos para renovar las políticas que inspiran y guían a las organizaciones.
De hecho, algunas empresas ya se dedican activamente a demostrar, a través de los resultados de ESG, su capacidad para renovarse de forma sostenible.
Conclusione
En un momento en que una de las palabras de moda es «sostenibilidad», el tema de la educación nutricional reviste sin duda una importancia capital, ya que tiene un impacto directo tanto en la dimensión medioambiental como en la social.
Sin lugar a dudas, comer bien y llevar un estilo de vida correcto y saludable implica contribuir a esa atención al consumo, que pasa inevitablemente por el cuidado del ecosistema en su conjunto.
Otro aspecto no menos importante son las consecuencias que una dieta equilibrada tiene en la dimensión social, es decir, en términos de sostenibilidad del sistema socioeconómico.
Nuestro sistema sanitario se ve desbordado por enormes costes, y está claro que el vínculo entre una nutrición adecuada y el bienestar psicofísico es cada vez más importante.
La iniciativa emprendida por Scilla Meccanica, con la ayuda del Dr. Giuseppe D’Agostino, nos recuerda que invertir en la salud de los empleados es un acto de responsabilidad social y, por tanto, también una elección estratégica para garantizar la sostenibilidad a largo plazo.
Llevar una nutrición adecuada y un estilo de vida saludable significa invertir en nuestro futuro colectivo.
Glauco Pigoli
arquitecto - jefe de proyecto
Alessandro Piardi
abogado - responsable de salud y seguridad